ANDERSON'S CONSTITUTIONS. CONSTITUTIONS D'ANDERSON. Introd. trad. y notas Daniel Ligou. Edimaf, París 1992. 288 págs. 

Este libro será bienvenido por parte de los propios masones que han tenido dificultad en conocer algunas de las constituciones de su propia Orden, inclusive las de James Anderson que dieron lugar a la Masonería Especulativa -forma actual en que se expresa esta Orden iniciática-, ya que la única edición que conocemos en castellano es de 1936 (Barcelona, traducción de Federico Climent) y no se encuentra en el mercado desde hace años, aunque hemos oído hablar de una versión mejicana y es probable que exista alguna otra en Suramérica, a pesar de que J. Benimelli en su Bibliografía de la Masonería (Fundación Universitaria Española, Madrid 1978) no da cuenta de ellas. Lo mismo sucede con las versiones francesas y aún con las ediciones inglesas, casi todas editadas antes de la primer mitad de este siglo -aunque la mayor parte son del XVIII. Por todo ello es bienvenida esta edición con notas y comentarios de un especialista en Masonería, Daniel Ligou, que lleva muchos años de estudios sobre el tema (ver  Dictionnaire de la franc-maçonnerie). Por otra parte la edición es bilingüe, en inglés y francés, y permite así comprobar su traducción. 

El libro de las Constituciones de 1723, con el que trabaja, fue impreso por William Hunter en Londres, tenía 92 páginas y constaba de cuatro partes: historia; obligaciones de un masón ("extraidas de los antiguos archivos de las logias de ultramar, y de las de Inglaterra, Escocia, e Irlanda"); reglamentos generales ("compilados por G. Payne en 1720") con un post-scriptum sobre la manera de constituir una nueva Logia; y cantos masónicos con sus partituras. 

Consideramos muy importante estudiar estas Constituciones -que publicaremos en nuestra colección "Papeles de la Masonería"- no sólo para valorar el estudio que Anderson realizó sobre los Old Charges, en los que su Constituciones está basado sino también las adaptaciones que intentó introducir, muchas de las cuales fueron rechazadas por la mayor parte de las Logias inglesas hasta que modificó muchas de sus innovaciones adaptándolas a la Tradición y publicando finalmente unas Constituciones reformadas (1738) cuya rectificación más importante es la división en tres efectuada con los grados masónicos, asunto que por algún motivo inexplicable había reducido a dos; como se sabe, esta influencia de las Logias "Antiguas" continuó ejerciéndose sobre las "Modernas" al punto de que sólo en 1813 se unificaron, después de que se hubiera proveido la nueva Masonería, llamada Especulativa, de las ideas y ritos tradicionales de los "Antiguos" y retornase así la Orden a su función iniciática. 

Vistas después de más de dos siglos, las constituciones de Anderson resultan netamente cristianas, a pesar del fondo mitológico y pagano en que se desarrolla la historia masónica. Con ojos post-conciliares no parece que hubiese en las diferencias entre protestantes y católicos, y particularmente en lo referido al tema en que la deidad es invocada, algo más que matices sobre un mismo asunto. Empero, estas Constituciones marcan la separación de la Masonería y la Iglesia, -ya que en ellas y a partir de ellas la Orden no se identificaría con una sola confesión cristiana, ni se sometería al poder de Roma- que se dió por la fuerza de los acontecimientos y el necesario "aggiornamento" que permitió la Iniciación a gran número de cristianos reformados, lo que posteriormente facilitó el ingreso de judíos, islámicos, etc. en distintas logias de diversos lugares geográficos, incluso en el Oriente, especialmente India y China, conformándose una Masonería verdaderamente universal, es decir auténticamente católica, valga la paradoja. 

Esta publicación es remarcable, y muy útil e interesante la introducción y las notas de la traducción de D. Ligou. F. G. 

 
 
 
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