LA MASONERIA Y EL 11-M
SIETE MAESTROS MASONES

II
LAS FORMAS DE LA DEFENSA

Los últimos acontecimientos terroristas sufridos en nuestro país son la prueba concluyente de que el fanatismo y el fundamentalismo han declarado la guerra a la humanidad y a la convivencia pacífica entre los pueblos.

Hoy sabemos de forma fehaciente que ninguna decisión importante va a poder ser tomada libremente por ninguna Nación o Estado, ya que el terrorismo internacional nos hará doblegar ante cualquier decisión que tomemos los ciudadanos o sus representantes que no convenga a sus planes, que son el exterminio total de la cultura Occidental y por consiguiente el establecimiento, bajo su dominio, de un nuevo régimen social fundamentalista idéntico al Afganistán de los talibanes; o sea, sin derechos para las personas, ni para las instituciones y mucho menos para las organizaciones iniciáticas, especialmente la Masonería, por ser ésta la fortaleza donde se hallan protegidas las ideas y valores, que por ser los más sintéticos e importantes de nuestra tradición, son los que ellos más odian.

Para nosotros, como cultura, supondría perder aquellas ideas que nos ligan con nuestra historia sagrada y con nuestros orígenes.

Es decir, que la intención terrorista, y la del integrismo islámico, es borrarnos la memoria y nuestra lengua, que ciertamente no es sólo el inglés, el español, el francés, o el alemán, sino la lengua de Oc, aquella con la que nos comunicamos con los dioses, con las Musas y los poetas que las cantan, con nuestras Artes y Ciencias, y con todo lo que conforma nuestra cultura. No quieren darnos la oportunidad de ver surgir un nuevo Renacimiento antes de que la oscuridad de este mundo sea tan intensa como la que tienen ya sus corazones.

El plan de la invasión que se está produciendo en todos los lugares de Occidente, tanto en el ámbito de lo social como en el político-económico y aún el cultural, exige por nuestra parte una serie de vigilancias y atenciones, que comienza por conocer perfectamente la verdadera identidad de este enemigo y observar todos sus movimientos.

Ante todo debemos darnos cuenta de que el enemigo de hoy lleva la marca del fundamentalismo nacionalista y del fundamentalismo religioso que han acabado finalmente por unirse pues comparten un mismo fin y objetivo: la fragmentación del estado de derecho por vía de la confrontación, el caos y el descontrol, pues como dice uno de sus eslogans, para obtener sus fines "cuanto peor mejor".

El nacionalismo fundamentalista tiende a resaltar las diferencias que hay entre los pueblos y las personas con el propósito de dividirlos, y nunca a buscar aquellos puntos de encuentro que los unen. Es un pensamiento que provoca la exclusión del otro fomentando la idea de superioridad, todo lo cual tiende a la animadversión entre las personas, convirtiéndolas en una masa fácilmente manipulable por el odio.

Esto es evidente en la radicalización religiosa e igualmente fundamentalista de ciertos sectores del Islam cuyo rencor hacia el "diferente y culpable de todos sus males", es decir todo el Occidente, es capaz de levantar hordas de fanáticos.

Por eso es de vital importancia conocer muy bien al enemigo y enfrentarlo desde todos los focos desde donde proyecte su acción terrorista, con todas las armas que nos proporciona nuestra inteligencia y la invocación de nuestros principios y valores.

Por ejemplo, hay que ver, que si bien con cualquier atentado logran el máximo de horror y de brutalidad, también es aterrador observar la manera que tienen, estos entes de la disolución, de extender sus tentáculos de forma sibilina hacia todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Unas veces con la ayuda del fundamentalismo nacionalista y de la izquierda radical, como ocurre por ejemplo en el País Vasco, por referirnos a España, donde se sabe que existen vinculaciones entre la izquierda abertzale (batasuna) con ciertas organizaciones (camufladas como ONGs), del integrismo islámico.

No olvidemos tampoco que distintos grupos terroristas, tanto de origen político como religioso, desde hace años han compartido diferentes campos de entrenamiento tanto en Libia como en Argelia.

Ante todo debemos saber que hoy el terrorismo es internacional y constituye un entramado de relaciones y ayudas mutuas, tanto el de signo religioso como el de signo político y nacionalista, compartiendo ambos con el fascismo su ideología excluyente y que en muchas ocasiones, como fue el caso del nacional-catolicismo franquista, han ido de la mano.

De hecho la historia nos ha dado numerosos ejemplos de esa imbricación entre lo nacionalista y lo religioso (que está también en el origen del nacionalismo vasco), y podríamos decir que en ambos existe ese denominador común del que hablamos, la imposición de las ideas y la exclusión de quien no piensa como ellos.

Por todo esto es urgente distinguir bien todas las cabezas de estos agentes de la disolución, y no dejarnos engañar, ya que se infiltran de manera taimada y "edulcorada" entre la población, es decir entre la gente normal, creando opinión, y en definitiva manipulando y contagiando; pues el fanatismo está considerado una enfermedad mental, la peor que puede padecer el alma de un hombre.

En este sentido hay que decir también cómo en ciertos partidos de la izquierda española que en otra época estuvieron bajo la órbita soviética, existen personas vinculadas al consejo de redacción de revistas y publicaciones de corte islamista (Nación del Islam, por ejemplo), de lo cual podemos concluir que más tarde o más temprano dichos partidos acaben por ser infiltrados por esas ideas islamistas. En cualquier caso el germen ya está depositado y sólo es cuestión de tiempo.

Para esa misma izquierda radical (y a veces no tan radical) la inmigración árabe e islámica constituye el nuevo proletariado y por lo tanto son los nuevos "oprimidos" de las democracias liberales propias del Occidente actual, democracias que mal o bien son las únicas que garantizan la defensa de los valores y el respeto a la vida, y también los derechos y deberes de esa misma inmigración.

Y precisamente esas democracias son los objetivos del islamismo terrorista, que goza de la simpatía de una parte de esa inmigración, la cual vive hacinada en los suburbios de las grandes ciudades, lo que se ha dado en llamar el "cuarto mundo", y que es donde las "ideas" de ese integrismo islámico calan más profundamente.

Igualmente es imprescindible saber sobre el mapa qué papel está jugando cada cual en el panorama político internacional y darnos cuenta de quién es el que puede defender mejor nuestros intereses (que son los de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad), ante la realidad que se nos está viniendo encima.

Sin duda estar bien alerta pasa por estar bien informado y para ello es menester también conocer quiénes son los grupos de presión que están detrás de los medios, la prensa, la radio y las cadenas de televisión principalmente, y optar por ver y oír los medios más independientes y objetivos. Contrastar las noticias, con el fin de no ser arrastrados por las fuerzas disolventes de la manipulación.

Pero sobre todo para construir una buena defensa es menester reforzar nuestras ideas y virtudes y protegernos de las influencias de tipo sutil que se encuentran en el medio profano que nos envuelve. Regresar continuamente a la vertical desde donde tenemos que extraer cualquier explicación a todos los hechos existenciales. No podemos, de ninguna manera, sucumbir a la influencia y la manipulación de unos y otros, y cuyos ejemplos podríamos dar a raudales sin salir de nuestro país, pero tampoco a la manipulación que nos hacen nuestros propios prejuicios sean estos de tipo histórico o regional.

Debemos continuamente hacer uso del antídoto que nuestra "medicina" nos proporciona y que consiste en reintegrarnos al Centro, al Corazón del Mundo, donde está la verdadera Casa del masón y de todo hombre de buena voluntad. Sólo desde ese lugar de resistencia y de control sobre las acciones del enemigo, se pueden entender las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad que constituyen la divisa de nuestra Orden. Se trata, en fin, de aplicar sobre todos los acontecimientos de nuestra existencia cotidiana las ideas surgidas de nuestros arquetipos. Es decir aplicar la reflexión de lo vertical sobre la horizontal de nuestra existencia cotidiana.

Y con relación a los cruentos asesinatos cometidos por el terrorismo, de cualquier signo, ni mucho menos podemos entrar en el juego perverso de pensar siquiera que alguien se lo ha buscado, lo que es de una inmoralidad y de una irresponsabilidad tremenda. Una sola justificación que se encuentre a esta infamia del terror es una señal inequívoca de algún tipo de contagio de la enfermedad de los infames: el fanatismo siempre unido al egoísmo, al separatismo y a la perversión.

Durante estos días el catedrático de sociología Emilio Lamo de Espinosa, en un artículo publicado en el diario El País se pregunta si participaron Marruecos o Turquía en la guerra con Irak para merecer los muertos de Casablanca o Estambul. Tampoco debemos pasar por alto la amenaza que se cierne sobre Francia por haber decidido en su país prohibir el velo durante las clases. Y con amarga ironía, decía el articulista: "Bienvenidos seamos al Gran Oriente Medio, ese territorio salvaje que, desde Mauritania a Filipinas, da la vuelta al mundo transitando por la miseria y las dictaduras del cinturón islámico que separa el Norte rico del Sur pobre, pues desde el jueves el Gran Oriente Medio pasa por Atocha. Bienvenidos pues al siglo XXI. Esto es el progreso, la guerra contra el terrorismo será larga y difícil."

Que el terrorismo es internacional y ha declarado la guerra al mundo civilizado es ya un clamor entre ciertos políticos y pensadores, pero nadie sabe cómo poder detenerla. Primero porque es una guerra desigual en la que unos atacan y los otros se defienden, lo que está más próximo a la idea de exterminio que a la de guerra. Y por otro, porque aquellos países que debieran unir su fuerza para oponer resistencia están divididos en su seno completamente ignorantes de la verdadera situación.

Un aviso que parece provenir del propio infierno ha sido difundido por la prensa estos últimos días. Se trata del emitido por el portavoz militar de Al Qaeda en Europa, lo que da cuenta de que ellos tienen claramente la mentalidad de estar en una guerra organizada y desplegándose en la oscuridad: "Vosotros queréis la vida y nosotros queremos la muerte. Lo que hemos hecho es poco para lo que os espera" decía parte de ese mensaje militar. Sin duda se trata del ejército tenebroso de la "contratradición".

Nuestra respuesta es que vamos a resistir hasta que amanezca, porque un solo rayo es capaz de aniquilar con su luz toda la oscuridad y negrura de vuestra depravada existencia, relegados por vuestros crímenes a vivir en oscuras madrigueras.

 


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