A
un nivel de lectura se podrá decir
que acontecimientos concretos como los acaecidos el día 11
de marzo en Madrid son consecuencia de determinadas acciones políticas,
que con diferentes lecturas y análisis los representantes
de las distintas tendencias se han esforzado en hacer llegar a la
población. Sin embargo, por amplias que ellas puedan parecer,
es ésta una visión chata de lo que en el mundo está aconteciendo,
o dicho de otro modo, una visión profana de la historia.
A
la Luz de la Doctrina Tradicional, estos hechos son la materialización
de un enfrentamiento cósmico, que se va plasmando a lo largo de
los tiempos y que como explica la "Teoría de los Ciclos Cósmicos",
está ya en su última fase (el Kali-Yuga) antes
de que todo sea nuevamente reabsorbido en la Unidad del Ser, desde
donde todo ello
es sólo una ilusión.
Como sabemos,
en esta última
etapa, la Luz necesariamente ha tenido que ir replegándose,
amparándose
del creciente desarrollo de las tinieblas o posibilidades inferiores
que existiendo en la manifestación
también deben ser agotadas.
En diferentes
momentos de este ciclo la Tradición, que siempre
ha permanecido viva y así será hasta el final de los
tiempos, ha podido ser visible en cierto grado para replegarse de
nuevo; pero
ya en los últimos siglos una negación general (o anti-tradición)
es lo palpable en todo el planeta, encerrando al ser humano en la
cárcel
de lo material y psíquico, negando así la posibilidad
de su verdadera realización.
Estas fuerzas
psíquicas
al quedar privadas de la Luz se han ido desarrollando en sus posibilidades
inferiores, esparciéndose y
dando lugar cada vez con más evidencia a lo que se llama
la contra-tradición,
y de lo cual lo vivido estos días anteriores es un claro
exponente.
Dichas energías,
siendo en realidad una sola, se han ido extendiendo aparentando diferentes
caras, incluso radicalmente
opuestas si es necesario,
para así provocar el enfrentamiento y la disolución.
Podemos
encontrar un ejemplo en el plano concreto, a modo de esquema
muy simple, en cómo el capitalismo occidental (materialista,
cientificista y con un cristianismo sostenido por formas dogmáticas
y externas) ha sido seno de las teorías marxistas, que
niegan todo Principio Supremo, provocando encarnizados enfrentamientos,
y que se disuelven
cuando el campo está abonado para que surja de nuevo esta
energía
con un aspecto más extremo como es el fundamentalismo.
Así aparece
como algo distinto y ya no se conforma con la negación
sino que promueve una "espiritualidad invertida", siendo
en realidad una energía psíquica con gran fuerza,
que nada tiene que ver con lo verdaderamente espiritual.
Toma las formas
exotéricas de distintas Tradiciones, que habiendo
perdido mayormente su conexión con el núcleo esotérico,
quedan vacías, por lo que son presa y utilizadas para entrar
con fuerza en la psique humana.
Frente a todo
ello hay que estar muy alerta, pues estas energías
o posibilidades inferiores se filtran, y su principal objetivo
es oponerse a la Luz, a todo lo verdaderamente espiritual. Toman
la cara que más
les convenga, apoderándose de lo psíquico y provocando
estados emocionales fuertes para así disolver lo que fuese.
Pero ignoran, pues no pueden ir más allá de los planos
inferiores, que por más batallas parciales que puedan ganar,
son sólo
espejismos que forman parte de la economía del devenir de
la creación
y que siempre se les esfumaron, pues nunca tuvieron una verdadera
existencia. |